Calatayud, bello y hermoso vergel
lleno de campos floridos,
cuna de mis más dulces y agradables recuerdos,
agua que calma mi sed, templanza de amor,
ese amor que forma parte de mí,
y así, bello Calatayud te lo ofrezco a ti,
tan grande como la inmensidad del mar.
En ti me enclavo y en tus orillas permanezco,
en tu regazo descanso, en tu permanencia me encuentro.
Qué decir de ti, cuna de culturas,
pasado glorioso,
hijos pródigos en ti han anidado.
Necesitaría mil palabras y nunca terminaría.
Presente y futuro incierto,
dolor de mi alma y alegría de mi ser.
Me quedo melancólico contemplando tu hermosura,
bellos atardeceres,
espaciosos y verdeantes campos regados con aguas fluviales,
pasado, presente y futuro latente en mi alma,
noches inciertas y días claros,
hermoso me criaste,
y mis días tristes terminarán en el ocaso de mi vida
y cuando mi reloj biológico se apague
recuérdame por lo que soy, no por lo que fui.
Mariano Ramos Ruiz
alumno del CPEPA Marco Valerio Marcial